Tengo la capacidad de almacenar aquello que no me gusta recordar en una parte de mi cerebro alejada de los pensamientos comunes del día a día, como si existiese una especie de barrera.
Eso me permite desconectar cuando algo va mal y hacer como si nada ocurriese.
Podría estar segura de que es una gran ventaja, si no fuera por un pequeño detalle, cuando pienso en aquello que no me gusta recordar el impacto se multiplica por dos y la barrera cae por completo. 
Y aquí viene la gran cuestión...si realmente sale rentable lo de mirar para otro lado.
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