Que fácil sería perder la razón, volvernos locos y abandonarnos al deseo. 
Cuando sin ningún tipo de prejuicio pudiese decirte aquello de, ¿en tu cama o en la mía?.
Y verte y no pensar que no sirve de nada estar en ese lado del colchón, ni tirando de la manta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario